martes, 8 de marzo de 2016

“No cuestiones el llamado de Dios”

Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir dela presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje , entro en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.” Jonás 1:1-3
No se sabe a ciencia cierta quien es el autor del libro de Jonás, muchos historiadores y teólogos consideran que fue escrito por el mismo profeta mientras otro dicen que no se puede determinar la autoría del libro.           

Jonás es un profeta que nació en samaria la parte norte de Israel la cual ya estaba dividida a raíz de la descendencia de David y Salomón, lo cual género que se dividieran las 12 tribus en 10 tribus al norte (samaria) y dos al sur (Judá y benjamín), la biblia nos habla que en el periodo en el que llamo Dios a Jonás fue en el tiempo de Jeroboam II (2 de reyes 14:25) el cual trajo una bendición a las 10 tribus que gobernaban ya que restauro parte del reino y lo afianzo en gran manera y justamente por esto parte el problema con Jonás, el profeta que Dios había llamado se niega a aceptar el llamado de Dios a su corazón no solo porque el lugar donde ha sido enviado es un lugar terriblemente complicado (Nínive es la capital de los asirios, los cuales eran terriblemente sanguinarios, sin corazón, y guerreros notables) sino que también por la comodidad en la que estaba pasando en donde vivía, entonces podemos concluir que Jonás tuvo: miedo y fue altivo. Jonás rechaza el llamado de Dios para predicar arrepentimiento hacia la ciudad de Nínive, por lo cual sufre los percances en la nave que lo llevaba a Tarsis e inclusive llega al vientre de la ballena lo cual lo cita Jesús también como una analogía a su muerte y resurrección (mateo 12:40), pero debemos profundizar más allá del relato bíblico sobre este profeta menor traslademos el mensaje que Dios le estaba pidiendo a Jonás que predicase a nuestros tiempos, el arrepentimiento. El arrepentimiento cumple su función en la conversión en la redención de nuestros pecados, es el estado en el que el hombre le pide a Dios que lo cambie totalmente a como era antes y que lo perdone de sus pecados (Hechos 3:19, Mateo 3:2), pero es por esto que me llama la atención que justamente Jonás es llamado a predicar un mensaje de arrepentimiento muy similar al que debiésemos predicar hoy en día, la biblia dice que en los últimos tiempos el mundo seria y se comportaría como en los días de Noé y como en los días de Sodoma y Gomorra, es por esto que el mensaje de salvación debiese ser más ferviente que el que se predicó por tantos años en las iglesias evangélicas de chile y el mundo, es por esto que debemos tomarle el peso a la predica del evangelio y ser contrarios al ejemplo de Jonás que huyo de su llamado para predicar arrepentimiento, debemos seguir y aceptar la voz de Dios, la biblia dice en apocalipsis y lo repite variadas veces “el que tiene oído para oír, oiga lo que el espíritu dice a la iglesia” (apocalipsis 2:11). No podemos seguir decayendo en este espíritu de la predicación, la iglesia hoy en día esta encerrada en cuatro paredes no predica, no gana almas, no restaura personas, no vive el evangelio verdadero, estamos muertos en vida, el espíritu de Dios se alejó de las iglesias tal como Dios lo mostro a su profeta Ezequiel en el antiguo testamento (Ezequiel 10:1), pero debemos redimirnos tal y como lo hizo Jonás pidiendo perdón con una oración restauradora y humilde tal como la de David en el salmo 51 y Dios nos dará victoria, no sacara del problema más profundo y nos dará la fuerza para predicar el evangelio y así cumplir la encomienda “id por el mundo y predicar el evangelio”  y generar lo que causo este gran profeta en un pueblo ajeno al suyo, un verdadero arrepentimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario